Aquella noche, salimos del hotel y Artemio me dijo que quería llevarme a mi casa, así que tomamos el metro de la línea 2 de la CDMX, pero la verdad es que yo aún me sentía muy caliente a pesar de la cogida que acabábamos de tener por lo que estaba decidida a comer más verga ese día. Entramos al vagón nos sentamos pero me cambié al asiento de alado para que el pudiera verme mejor... Al principio puso cara de que no entendía lo que pasaba, pero le sonreí, abrí lentamente mis piernas para dejar expuesta mi puchita gorda y usada y comencé a sobarme mientras le decía con la mirada "Métemela, quiero más de tu chilote."